lunes, febrero 01, 2010

Ser rico no siempre es bueno


El bueno de Colón se topó con América en 1492, el mismo año en el que los Reyes Católicos decidieron expulsar a los judíos de España.

El descubrimiento por parte de los españoles de las tierras americanas desencadenó una verdadera revolución económica en cámara lenta. A medida que los conquistadores se adentraron en el continente se encontraron con las grandes civilizaciones americanas; luego de unas pocas semanas o meses de convivencia, inexorablemente comenzaba un proceso de conquista, incentivado por la inercia de los siglos de la reconquista y la lucha con los moros y por las ansias de volverse rico a costa de los infieles.

Los españoles comenzaron robando las joyas de los tesoros reales, para luego ir a buscar el mineral bajo la tierra. Así fue que desarrollaron minas en todo el continente: Potosí (1545), Zacatecas (1546), Guanajuato (1550), Pachuca (1552), Castrovirreina (1555), Sombrerete (1558), Santa Bárbara (1567), etc. y el oro neogranadino (Antioquia), quiteño (Zaruma y Tomebamba), peruano (Carabaya) y chileno (Confines, Quilacoya, Choapa, Maipo)


Los portugueses no le fueron en zaga: por si alguno se pregunta, el origen del Estado de Minas Gerais. Fue la búsqueda de nuevos yacimientos la que llevó a los portugueses a explorar al oeste de la línea definida en Tordesillas.
El 80% de la plata del mundo se extraía de las minas americanas, con el Alto Perú y México a la cabeza. Durante los 250 años de explotación, estas minas exportaron aproximadamente 180,000 tn de plata a España; a precios de hoy eso representa unos 100,000 millones de dólares. Esto no parece tanto para el tamaño de la economía actual (el PBI de Argentina es 2 veces y medio mayor); pero representa aproximadamente el tamaño TOTAL de la economía mundial en el siglo XVII. Se podría suponer que tal incremento de la riqueza debería haber generado un enorme crecimiento de la economía global. Pero en realidad lo que generó fue un gran proceso inflacionario, al que se lo conoce como la Revolución de los Precios.

Mas del 90% de las exportaciones de las colonias eran minerales preciosos, que se embarcaban una vez al año hacia Cadiz, por razones de seguridad y de control. Una vez en España, el mineral engrosaba las arcas reales, en forma directa o como impuesto. Este influjo de metal indujo a los españoles a una fiebre de consumo. Pero España no podía producir al ritmo de esa demanda. Precisamente la expulsión de los judíos y el relegamiento de los moriscos le quitó al país una parte importante de su fuerza productiva, de sus artesanos y comerciantes. Entonces, España empezó a importar lo que no podía producir, y Europa empezó a recibir el oro español a cambio de sus bienes. Incluso parte del oro siguió hacia Oriente para comprar especias y sedas. Por primera vez en la historia las monedas de plata empezaron a circular en forma masiva. Pequeños comerciantes y artesanos empezaron a hacer sus transacciones con monedas, abandonando el canje de bienes y servicios.
Pero tampoco Europa pudo absorber tal demanda de bienes, ni tal influjo de monedas. Este desbalance entre oferta monetaria y oferta de bienes generó una ola de inflación que se movió desde España hacia Europa como un tsunami. Los precios, que habían permanecido relativamente estables por siglos, sufrieron incrementos durante los siglos XVI y XVII de hasta un 300% en toda Europa. Nuevamente, este valor puede parecer bajo para los estándares actuales, especialmente en Argentina, pero fue una verdadera revolución que alteró el poder adquisitivo de enormes franjas de la población europea, pues los salarios no acompañaron esa inflación.

Toda la inmensa riqueza española se desvaneció en bienes suntuarios, en consumo y poco se transformó en inversión. Durante algunos años este espejismo ocultó el impacto real en la economía, pero al cabo de este proceso de inflación y consumo sin inversión, España, el imperio más extenso de la historia, de cuyas minas americanas salía el metal precioso como agua de un manantial, terminó siendo más pobre y más frágil que antes de haber empezado a explotar esas minas.

PS:

PAra los curiosos, la data de exportación de oro y plata. Tengo series más detalladas, pero con esto basta para ilustrar el punto

Años ----------------Oro (kilos) -------------------Plata (kilos)
1503-1510 ----------4.965 -----------------------------------0
1511-1520 ----------9.153 -----------------------------------0
1521-1530 ----------4.889 --------------------------------148
1531-1540 --------14.466 ----------------------------86.193
1541-1550 --------24.957 --------------------------177.573
1551-1560 --------42.620 --------------------------303.121
1561-1570 --------11.530 --------------------------942.858
1571-1580 ----------9.429 -----------------------1.118.592
1581-1590 --------12.101 -----------------------2.103.027
1591-1600 --------19.451 -----------------------2.707.626

Estas cantidades se mantuvieron durante todo el siglo XVII; luego empezó una declinación suave con el agotamiento de las reservas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente post!!

Tambien sirve para ver porque inglaterra, de a poco, le fue "robando" el protagonismo mundial a españa. Por otro lado demostras, como lo venis haciendo ultimamente, que la verdadera riqueza no surge de los metales preciosos ni del dinero. Felicitaciones!

diego

Nacho dijo...

Muy bueno el post, medio adamsmitheano, no?

De curioso nomás: ¿de dónde salen las cifras?

il postino dijo...

Gracias, las cifras las saqué de un libro y las chequeé con un paper...en esa época se llevaban registros bien detallados de lo que entraba a España.

El post asmsmitheano? por que?

Nacho dijo...

Por el antimercantilismo! El tipo escribe en la época en que esa escuela de pensamiento empezaba a morir (de hecho, podría decirse que en parte, a nivel intelectual al menos, la está matando él), y le pega un palo tras otro, con bastante acierto. El error que más remarca en The wealth of nations es precisamente que la riqueza de las naciones no proviene realmente de la acumulación de metales preciosos, cosa que muestra con varios ejemplos. La diferencia de éxito entre el imperio español y el británico es uno muy contundente...

Lo que no sería muy adamsmitheano es el título del post, quizás.

il postino dijo...

Esta serie de posts intenta ilustrar en forma simple la evolución del concepto del dinero y de la riqueza. El mercantilismo fue un momento del pensamiento económico. Y Adam Smith claramente lo ataca, con justa razón....

Nacho dijo...

Sí, es lo que estoy diciendo.

Este post, por poner el ejemplo típico de la época, el de cómo el imperio británico fue mucho más inteligente que el español, me recuerda mucho más a él que los demás.